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Laura Vélez

Sabiduría: Pienso en mis acciones y reflexiono

Daniel Tovar Galindo

La vida es el regalo que nos fue dado al nacer, cuando llegamos a este mundo aprendimos de nuestros cuidadores a expresarnos; por medio de  la imitación adoptamos actitudes para relacionarnos con los demás, así se fue formando nuestra personalidad.

Desde la infancia vivimos experiencias, que tienen una gran influencia en nuestra forma de vivir, en cómo nos relacionamos con las personas y con nosotros mismos. La manera de percibirnos se manifiesta directamente en  nuestras acciones, por eso es importante reflexionar de qué manera estamos viviendo.

¿Qué tan satisfechos estamos con nuestras vidas?

Todo ser humano es libre, sin embargo, hemos aprendido a seguir normas sociales, pero cuando estas normas nos limitan e impiden nuestra libertad, valdría la pena revalorarlas, para elegir con responsabilidad lo que verdaderamente deseamos y vivir una vida con sentido.

Al olvidar la libertad, caemos en actitudes  como compararnos con otras personas, y nos convertimos en jueces, señalando errores ajenos, y en realidad son un reflejo de los nuestros. Debemos tener presente, que las personas son únicas e irrepetibles, que cada quien tiene un objetivo en la vida, y si nos enfocamos en los otros, nos desviamos de nuestro camino.

El respeto resulta esencial en estos tiempos, en el que las personas se encuentran tan “emocionadas”, que parece que son las emociones las que conviven y no las personas mismas. Sin duda es una tarea difícil, pero vale la pena aprender a distinguirlas y elegir la actitud con la que reaccionaremos ante determinadas situaciones.

Si hacemos una reflexión sobre nuestras actitudes y como repercuten en nuestro entorno nos podremos dar cuenta de la responsabilidad que tenemos, cuando las emociones nos gobiernan perdemos la libertad de elegir como actuar.

Al formar parte de una sociedad, nuestras acciones influyen en las personas con las que nos relacionamos y las de ellos en nosotros, la influencia puede ser positiva o negativa, es por eso que resulta de gran importancia hacer consciencia sobre nuestra actitud.

Si todos adquirimos el compromiso personal de mejorar la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos, cambiara la forma en la que nos relacionamos con los otros. Una sonrisa puede cambiarle el día a cualquier persona, y si esto se repitiera todos los días la vida de muchas personas tendría un cambio significativo.

En la vida siempre habrá adversidades, pero nosotros tenemos la decisión de cómo enfrentarlas, es nuestra responsabilidad. Dejemos de buscar culpables, de justificar nuestras acciones, solo si nos hacemos  responsables de nuestra actitud podremos hacer un verdadero cambio, si tu vida cambia, le cambias la vida a las personas con las que te relacionas.

De acuerdo a nuestras experiencias, inteligencia  y  valores, todos podemos elegir libremente la actitud con la que afrontaremos  cada situación que la vida nos presente, siendo responsables de las consecuencias.

Somos humanos, cometemos errores, que nos dejan una experiencia, y un aprendizaje, debemos ser capaces de convertir nuestros errores en enseñanzas que nos sirvan para mejorar nuestra vida.

La sabiduría se adquiere reflexionando sobre nuestras  acciones, los resultados que obtenemos y cuestionándonos si la próxima vez podemos hacerlo mejor.

Cada día es una nueva oportunidad para mejorar, aprovechemos todas nuestras experiencias; hay que vivir en el presente y estar atentos para aprender y trascender.

La vida es el regalo más grande que poseemos, nosotros decidimos como vivirla con sentido.